domingo, 30 de mayo de 2010

Si pudieramos comprender la importancia de las palabras...



Letras sobre un papel que no significa nada, y a la vez lo significa todo. Sin esas letras que forman palabras, sin esas palabras que forman frases, la mente no podría expresar ninguna de las ideas que en ella fluyen, que ella guarda, para algún día poder expresarlas…

Leyendo palabras, leyendo frases que no me importan nada, pero que un día importaran, que importaran ese día en que yo sepa expresarlas, en que esas palabras sean mi día a día. Gente confiará en mis palabras y no las pondrán en duda, otros simplemente verán palabras escritas en un papel, o simples habladurías de alguien del que no saben si confiar…

Poder de convencimiento de las palabras, poder del uso de las mismas, el saber, el conocer se realiza mediante ellas… Cansancio de leer, cansancio de comprender esto que no se si algún día llegaré a ver…

A través de ellas decimos que nos pasa, decimos que sentimos, y decimos si algo no va bien… Palabras para expresar todas y cada una de nuestras emociones… Pero no sólo palabras si no frases que nos dejan explicar que es lo que nos preocupa. Tristeza, dolor, alegría, y la frase que las contiene, “me duele esto”, “me entristece aquello”, o “me hace feliz veros” tan sólo esas frases simples, pueden dar mucho a aquel que las comprende… Palabras simples, que en unión nos llenan, palabras simples de las cuales no nos damos cuenta que es una virtud poseer esa capacidad de decirlas…

Hablar de palabras, mientras las escribo, me hace acordarme de aquellos que aunque conozcan cada una de ellas, no saben expresarlas, ya que el primer nivel de las palabras es el cerebro, y si este falla no queda nada, nada… que podamos decir o que podamos entender…

sábado, 29 de mayo de 2010

Un paseo revelador...

No podía dormir… Desde que volví de aquel largo paseo por la playa era como si todos mis recuerdos, mis buenos recuerdos, volvieran a mi cabeza… Era una noche fría, pero el mar estaba en calma. La arena sobre la que mis pies andaban estaba helada, pero no importaba. Cada paso que daba una huella dejaba, pero que importa una huella, que importa una huella más en aquella larga orilla… Una huella más, que se ocultaba entre miles que habían hecho otras personas, al fin y al cabo era una de las miles de huellas anónimas que en la arena estaban… Y yo ahí estaba, caminando lentamente por la orilla, mirando al mar, disfrutando de la calma que allí se respiraba, rodeada tan solo de arena y agua que mis pies bañaba… “Paisaje bello, paisaje hermoso” – repetía una y otra vez. Al final llegó un momento en que mis piernas no caminaban, esas piernas que me habían llevado tan lejos, y a la vez tan cerca de lo que un día fue mi sueño, esas piernas que me decían de seguir y a la vez de abandonar este largo camino que comencé a caminar. Mil lágrimas inundaban mis ojos, y resbalaban por mi cara…tan amargas esas lágrimas frente a la soledad que allí encontraba…

Me eché al suelo, me quedé sentada en la orilla, y aunque mis piernas eran bañadas por ese mar de agua salada, no sentía el frío de aquella noche helada…. Estaba, como diría yo, fuera de mi, aun así recuerdo ese paisaje, ese aroma que todos al olerlo dicen “ya huele a mar” No se que olor fue ese, pero cerré los ojos y al cerrarlos, noté un calor que recorría mi cuerpo, un calor de gente hablando cerca de mi, un calor de personas que me llamaban, y me decían cosas…sonrisas que mis orejas llenaban, esa sensación ese bello aroma conocido por mi, y que tan gratos recuerdos conservaba…Abrí los ojos… busqué entre la oscuridad, pero ahí sólo estábamos el mar, mi conciencia y yo… Sin embargo, una gran sonrisa en mi cara acaba de alumbrar lo que aquella noche oscura no mostraba, lo que aquel mar bello y en calma, no me daba. Me sentía tranquila, me sentía bien…

Del bello mar me despedí… y aún sin fuerzas, a mis piernas animé a ponerme en pie… a dirigirme a casa… caminé entre las huellas anónimas en parte borradas por la arena y por el agua… en parte borradas por esa brisa que allí afloraba… pero me sentía en calma, me sentía en feliz…

Abrí la puerta, con mucho cuidado para no despertar a nadie, y la cerré con llave… Mire a mi alrededor, no había luz, sólo una casa oscura, un salón y una cocina en silencio y una habitación oscura que esperaba mi llegada… Encendí la luz, me eché en la cama y mis ojos se llenaron de lágrimas… “cuan bello puede ser este sentimiento que aún en las noches mas frías mi alma inunda de calor, cuan bello puede ser este sentimiento que en las noches mas oscuras, mi sonrisa las ilumina… cuan grandes pueden ser esos amigos que mi corazón recuerda aun cansado y sin fuerzas…” Apagué la luz y no pude dormir, bellos recuerdos alumbraban lo que mi habitación, oscura, ocultaba.

jueves, 27 de mayo de 2010

Con cada latido...

Con cada latido… con cada pequeño latido con el que impulsas la sangre por el cuerpo… te haces sentir, haces demostrar lo viva que está una persona y haces que esa persona sea capaz de sentir cada cambio, cada pequeño estímulo, cada pequeño instante en esta vida…

Amor, tristeza, melancolía, felicidad… son sentimientos que tu nos das, sentimientos con los que tu vives cada día… con unos sufres y lloras, con otros ríes y tienes ganas de seguir viviendo…

¿Puedo pedirte un favor? Quizás no. Eres independiente y no eres manejado por las voluntades de nadie, sólo te haces notar cuando algo no va bien, cuando estas nervioso o cansado… sólo das problemas cuando en ti algo no puede más…

No puedes nunca dejar de estar activo, y supongo que en los sueños también estas tú… tanto en los sueños que nos aportan cosas bonitas y hermosas, como en esos sueños en los que deseamos ser despertados…

Pero necesito pedirte una cosa… No sufras tanto con cada bello recuerdo de la mente, con cada bello recuerdo que sabes que nunca volverá, porque no merece la pena, vive el día a día y si algo te entristece haz lo posible por ver el lado positivo… La melancolía, el querer volver a vivir lo que una vez viviste, es muy bonito, pero es imposible… Vuélvete de piedra si es necesario, pero no lo hagas por siempre, sólo para protegerte del daño existente… Pero deja una pequeña ranurita por la que el sol del nuevo día entre en ti y te haga disfrutar de lo hermoso de la vida.

Los recuerdos agradables, son lo mas bonito que la mente conserva, y cuando se vuelven activos no sufras por ellos, no intentes hacer que no se recuerde, ni olvides de nuevo… Disfrutar de lo ya vivido, sabiendo que lo que tenemos es lo más hermoso y saber que la gente que en ellos aparecen, a pesar de la distancia y del tiempo, siempre están ahí, debe conseguir quitarte el miedo de algún día perderlo.

Tú eres fuerte, lo has demostrado, no te rindas nunca y no derrames mas lágrimas por lo que tu sabes que no se ha marchado, por lo que tu sabes que siempre puedes tener ahí…