Existen los días que apetece quedarse en casa… viendo una peli… y si es de miedo por qué no? He aprendido a disfrutar esas pelis… ya que aunque se sufre viéndolas, la adrenalina que se libera o la tensión que me hacen pasar me hacen disfrutar de ellas…
Muchas son de suspense… historias irreales que encandilan a mucha gente ante la pantalla… cuyos personajes irreales pueden llegar a parecer muy reales…
Hombres que se convierten en animales por acción de la luna llena, aullando a la luna, como pidiendo algo que no les va a dar, y corriendo por cualquier calle en busca de su presa… noches de luna llena que saca la bestia que llevan dentro sedienta de sangre, en busca de alimento…
Hombres que se convierten en animales voladores… principalmente uno, al cual muchos temen… Ser nocturno que en las tinieblas se haya, escondido, observando… con capacidad de transformarse… buscando su presa y entrando cual sigilosa criatura mientras la victima duerme… se convierte en persona, persona de nuevo sedienta de sangre, buscando su bebida y su elixir de vida… empezó como un ser lúgubre, oscuro y al cual todos temían… por el cual algunos no dormían… y sólo sus colmillos introducía en el cuerpo de la victima…
Monstruos creados por un malvado científico, hombres rechazados por la humanidad por su aspecto… miles y miles de historias de suspense y de miedo que nos llevan a mundos fantásticos, irreales… Hoy en día el cine los ha ido suavizando… pero en sus inicios no era todo tan bonito como parecía… no era todo tan risueño como hoy es… El cine nos llevó a observar lo que jamás existirá…
“El cine nos llevó a observar la realidad en la que nadie querrá estar”