Reflexion

He pensado mil y una vez, y me he pedido un por qué, el cual no sé responder... Fui a la playa, y tras ver que no encontraba lo que buscaba por el paseo, caminé por la arena hasta la orilla, toqué el suelo, y donde la arena no era, por poco, bañada por las olas, allí me senté.
Era de noche, y sólo se escuchaba el sonido de las olas, y mirándolas de frente, les pregunté por qué, pero obviamente no me respondieron. Me quedé mirando como el mar estaba agitado, al igual que mi cabeza, y nada lo calmaba, si no más bien el aire lo animaba más a ese movimiento... y me venía a la mente una frase, que no me hacia sonreir ya... "quien no arriesga no nada"...
Nadar por el mar, en pleno noviembre, no era la solución, y con sólo dos mangas largas, finas, me quedé sentada, inmóvil ante todo ese panorama.
Me plantee cosas impensables, y en ese instante lágrimas brotaban de mis ojos... Una persona pasaba corriendo por la arena, giré la cara ocultandome del mundo, con tal de que nadie sintiera lástima por estar así...
Quise gritar, pero no brotaba mi voz.
Saqué el móvil del bolsillo y me quedé mirándolo, una simple foto que tengo de salvapantallas, no me decía nada tampoco.
Cansada, congelada frente a ese mar, seguí pensando, hasta que no aguanté más... hasta que me di cuenta que no conseguía nada alejándome de todo, cuando realmente quería estar acompañada...
Me levanté, y pasee, pero esta vez no por la arena, si no por el cemento del paseo, no tan natural, pero donde miles de personas, con sus historias, estaban por ahí.
La cabeza agachada, mi mente en otro lugar, caminaba sin darme cuenta del tiempo o de quien me miraba... impresiones, miedos, incertidumbres me inundaron esa noche...
Llegué al coche... sólo veia focos del resto de los coches... como si de una discoteca se tratara... seguí adelante sin rumbo fijo... hasta que de repente me vi que habia llegado a casa...

Ninguna respuesta... mi cama me esperaba...
Buenas noches... mañana será de día...